Tú princesa yo superhéroe by A. G. Keller

Tú princesa yo superhéroe by A. G. Keller

autor:A. G. Keller
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2017-10-15T22:00:00+00:00


Por más que quisimos evitar el tráfico, fue imposible. Para completar nos topamos con dos accidentes en la vía. Los chicos, al verme angustiado me repetían: «Llegaremos a tiempo, ya lo verás». Y aunque en un principio nos les creí, llegamos treinta minutos antes de que cerraran las puertas.

Para mi sorpresa, ese lugar no eran exactamente los estudios PIKATUR. Más bien era un galpón inmenso, habilitado para un evento de esa magnitud. Una larga línea de participantes le daba la vuelta por dentro. Tomé una bocanada de aire para aplacar los nervios.

—Trevor, estaré en aquella esquina mientras ustedes hacen la fila para la entrega —Michael me señaló un rincón alejado y se marchó revisando el móvil.

—¿Estás bien?

Indagó mi amigo, que al parecer fue el único que se dio cuenta que estaba al borde de un colapso.

—Lo estaré una vez que entregue los dibujos, los nervios me están matando.

Le contesté mirando en todas las direcciones, totalmente impresionado de la cantidad de personas que se habían presentado.

—Tranquilo, ya estamos aquí, no nos pueden sacar… —comenzó a contar a las personas que teníamos por delante—. Por lo menos en esta línea sólo tenemos alrededor de unas treinta personas —se aclaró la garganta y me observó—. Me gustaría pedirte una opinión.

Solté el aire y me relajé, Logan estaba en lo cierto, ya estábamos aquí y no nos podían sacar.

—Suéltalo, así me distraigo un poco.

—Me gustaría invitar a salir a Marga.

—A Marga —repetí incrédulo.

—Sí —contestó con prudencia.

—¿Crees que tienes chance con ella?

—Sinceramente no lo sé, la verdad no me lo he planteado de esa manera tan seria.

—¿Y de qué manera te lo has planteado?

—No lo sé… —ambos reímos—. Me gusta mucho su personalidad, su energía. Ya te lo dije el otro día, Marga tiene ese algo que la hace especial —se quedó pensando por un par de segundos.

—Bueno, no pierdes nada con invitarla —lo animé. Él asintió con la cabeza, entusiasmado.

—Totalmente de acuerdo. ¿Qué puedo perder? En tal caso ganaré una discusión más con ella.

Volvimos a reír y cambiamos de tema, hasta que al fin llegó mi turno. Un chico vestido de colores brillantes, cabellos alborotados y mirada perdida fue quién recibió la tira cómica de Mike. Me dedicó una sonrisa de aprobación una vez que abrió la carpeta y sin pronunciar ni una palabra, me hizo una seña para que dejara pasar a la persona detrás de mí.

—¿Eso es todo? ¿Me puedo ir? —le pregunté estupefacto.

—Por ahora sí. Pero no puedes abandonar las instalaciones todavía. Así que busca un lugar dónde esperar —me aclaró.

—Gracias.

Asentí y me fui a buscar a Logan, que se había ido a esperarme junto a Michael.

—¿Y bien? ¿Te dijeron algo? —me preguntó Michael.

—Eso fue intenso —comenté exhalando el aire sintiéndome un poquito más tranquilo.

—Lo imagino —agregó Logan—. ¿Nos podemos ir?

—No, tenemos que esperar…

—¿Esperar…?

Michael no pudo continuar su pregunta, en ese momento escuchamos cuando sonó la voz de una mujer a través de los parlantes.

—¡Atención! ¡Atención, por favor!

Una mujer pelirroja, vestida de negro, comenzó a llamar con diligencia a los miembros de la sala.



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